Amor en Tiempos de Pandemia

INTERMEDIO

Este escrito no es para hablarte de alguna de las actividades que he hecho para mantenerme sana mental/emocionalmente.

Lo que escribo hoy son ideas que pasan y han pasado por mi cabeza durante todo este tiempo incierto.

Sin politizar, filosofar ni ser critica social, he tratado de mantenerme neutra en cuanto opiniones sobre nuestra mueva forma de vida.

Sin empacho te digo que he sentido todos los síntomas de la enfermedad, sin tenerla siquiera. Hay momentos que se me acelera el corazón y empiezo a hacer un plan mental de cómo afrontaré esta situación. Me preocupa, me siento ignorante, a pesar de que trato de buscar información al respecto.

Hay gente que dice que esto del virus es una farsa, hay otros que se han cerrado a todo contacto social, y hay otros más que tratan de llevar una vida con precaución.

Creo que cada quien es libre de pensar y sentir lo que quiera, mientras no afectes a los demás, ni atentes contra tu seguridad.

Hay veces que vivimos con miedo, sentimos que algo malo nos va a pasar, que la gente nos va a criticar, o que vamos a fracasar en nuestros proyectos.

Hoy me doy cuenta que todos esos miedos son sólo barreras que construimos para sentirnos “seguros”, dando a cambio lo mas preciado que tenemos, nuestra libertad.

Por experiencia propia te puedo decir que cuando me gradué de la Universidad, no tenía ni idea qué iba a hacer con mi vida (aún tengo mis dudas), teniendo la fortuna de que las oportunidades se me presentan y las tomo sin pensar más allá o tener un plan tan elaborado. Simplemente, me dejo llevar. Si, lo sé, es arriesgado, es hasta si tu quieres, inmaduro, pero, sabes qué? Ha valido la pena.

Una de mis frases es, “sin miedo y sin asco, así se le da a la vida”. Porque, nadie sabe qué va a pasar mañana, hoy estamos, al rato quién sabe, somos un cúmulo de planes y listas de pendientes. Para qué?, a quién o qué le tenemos tanto miedo?

Hace mucho tiempo, te soy sincera, tenía muchas ganas de morirme, no quería estar en este mundo, lo pensaba constantemente, me sentía fuera de lugar, me sentía como un “sobrante”. Era un pensamiento constante. Y no te voy a mentir, (odio las mentiras), hay veces en que siento lo mismo, tengo episodios depresivos muy fuertes, no hablo con nadie o hablo con muy poca gente, puedo estar en una reunión, platicando, socializando, pero mi cabeza no lo está, es una desconexión que es parte de mí.

Esto te lo comparto porque es quien soy, y creo que igual y tu también tienes miedos y dudas y te bajoneas y después estás en un estado de felicidad infinita. Es parte de lo que somos, de lo que vivimos.

A lo que voy es que, yo espero, que después de que esto de controle, hagamos las cosas un poco diferentes, que honremos nuestras pérdidas de tal manera que sea una base para vivir más libres, más arriesgados, más felices. Que apreciemos mas el tiempo con los nuestros, el tiempo a solas, el tiempo en sí.

Que esto que nos está pasando, sea el punto de partida para que logremos ser o hacer eso que tanto hemos planeado.

Ya se, se lee muy rosa, muy fantasioso, Pero, no crees que valga la pena?

No sé, igual y son las dos tazas de café que me acabo de tomar, el leer que gente conocida ya no está con vida o que sea Lunes, pero me gustaría recuperar ese valor que tenía antes, hoy le pienso mucho mas, me detengo y sabes qué?, he escuchado en mi cabeza eso de “no!, la gente te va a criticar”… pffff, me odio tanto cuando pienso así.

Solo quiero tener la certeza de que si me llego a ir de este mundo, no me haya quedado con ningún pendiente, ningún sueño por cumplir. Y que a la gente que me conoce, le pueda dejar algo positivo, o por lo menos un buen dolor de panza de tanto reír por las tonteras que se me ocurren.

Hoy te escribí esto para que respires conmigo, cierres tus ojos y pienses en que, todo va a estar bien. Y que mientras haya vida, todo es posible, mientras las cosas las hagas de la manera correcta.

“Simple y limpio… sin miedo y sin asco, así se le da a la vida”

Patricia Pino

Junio.22.2020

Esta soy yo en Colombia, sin una p#t@ idea de qué hacer con mi vida, pero respirando recio y amando todo lo que soy y lo que tengo.

Amor en Tiempos de Pandemia.

PARTE 3

Me está costando empezar esta tercera parte, quisiera hacerlo de la manera correcta, así que trataré de darte lo mejor de mí.

A mi abuela le encantaban las plantas, era de esas mujeres recias de carácter, cocinera de primera, muy adelantada a su tiempo, súper güera, súper limpia y súper capaz. Todo lo que hacía era con paciencia y mucho amor, esto incluye a sus plantas, sabía como tratarlas, y ellas le devolvían el amor floreciendo, era una conexión digna de admirarse.

Con esto, solo estoy tratando de hacer una introducción a mi siguiente actividad de cuarentena, si, la jardinería.

No sé en qué momento de mi vida empecé a querer tener plantas, dedicarles tiempo, buscar por horas la mejor manera de mantenerlas sanas, pero pasó, y esta cuarentena esta actividad obviamente ha sido mi fuerte.

Me gusta sentarme en el patio de la casa, tomar café y ver lo bonitos que se ven los rosales, hablarle a la hierva buena, el epazote y mi planta de romero… eso sí, todas y cada una de mis plantas tienen nombre, ¿porqué?, porque quiero y porque puedo.

Cada planta tiene su personalidad, y me gusta pensar que me escuchan, que en cierta manera me entienden y aunque igual y todo esto sea solo un síntoma mas de mi pérdida de razón prematura, me hace feliz verlas.

No todo ha sido miel sobre hojuelas, mas de una se ha quedado en el camino y formado parte del abono para sus hermanas. En estos días estoy tratando de que un papayo crezca y que la plaga que tiene se le quite, lo lavo con agua y jabón, le puse un listón rosa, hasta chanclazos le he dado, pero sigue creciendo con sus hojas todas deformes, pobre, aún así, no lo quiero cortar, ya lo tengo bajo tratamiento intensivo, espero mejore pronto.

Como verás, soy una persona que le gusta dedicarle tiempo a las cosas que hace, pero son cosas que me gustan hacer, que me dan satisfacción y me hacen conectar de manera positiva.

Esto me pasa con las personas, como te comenté antes, soy muy sociable, pero son muy pocas personas en las que confío, me gusta tener un grupo de gente en la que puedo ser totalmente abierta, me cuesta, ya que me he topado con muchas personas que no me escuchan para entenderme, si no para juzgarme.

Es por eso, que cuando conecto con alguien, me gusta cuidar, nutrir esa relación, y sobre todo, hacerla florecer.

Leí en alguna red social que en estos tiempos de cuarentena la gente se está dando cuenta de quiénes son las personas que son familia., yo no necesito de una pandemia para saber quién es familia.

Como mi abuela, me gusta cuidar de mis plantas, de mi gente y de mí misma. Me ha costado bastante el saber quién soy y lo que quiero para mí. Con el tiempo, me he vuelto muy selectiva y eso me da mucha seguridad, ya que no me engancho en amistades o relaciones amorosas que no son honestas. Me choca que me hagan perder el tiempo y trato de no hacer perder el tiempo a nadie.

Simplemente no le invierto a algo que sé que no me nutre. Y no es porque me sienta más que nadie, si no porque cuando llegas a conocer realmente quién eres, aceptarte, y saber a dónde quieres llegar, no tienes empacho en cortar con relaciones sin sentido.

Pienso que si la gente fuera honesta, se acabarían muchos males sociales.

En este escrito no tuve como algo cómico para compartir, pero te compartí honestidad y eso es de lo mas valioso que tengo.

Aquí una imagen de mis mañanas. Trabajando en compañía de mis plantas.

Patricia Pino

Junio.22.2020

CRÓNICA DE UN «TE LO DIJE» ANUNCIADO…

No se dónde tenia la mente, mira que esperar tanto tiempo para decidirse a dar el primer paso, y es que así era él, un poco inseguro, un poco miedoso, de gran corazón, si, pero inseguro finalmente.

Los poetas son así, medios retraídos, quieren ver el mundo de manera diferente, sin darse cuenta de que los diferentes son ellos, se la pasan haciendo alusión a un intelecto que a decir verdad, carece de sentido crítico. Nadie, pero nadie tiene una crítica propositiva y con el peso suficiente para sacar a un poeta de su mundo.

Ese día, no sería diferente, ‘pensó el’, empezó con su ritual de todas las mañanas, sintonizando música «mellow», distraído se alistó para ir al trabajo y dejo llevarse por la monotonía de una vida ya hecha.

‘Qué hace alguien antes de encontrarse con el amor de su vida?’ ‘Cuáles son los actos que llevan a propiciar ese encuentro?’ ‘Cómo manejas el hecho de que tu vida ya no será la misma desde ese instante?

Un poeta se enamora a diario, mínimo 10 veces, de su música, de letras, de su vida misma… Pero rara vez cae en coma por amor.

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