Amor en Tiempos de Pandemia.

Destacado

PARTE 1

Antes de que te hagas a la idea de que esta es una historia de amor donde chico conoce chica y se enamoran en medio de una pandemia, déjame decirte que no lo es.

Esta es sólo una historia de cómo encontré el amor en el aislamiento.

Para empezar, me disculpo por no haber escrito hace mucho tiempo, he tenido, no es mame, muchas cosas que hacer. Pero aquí estoy y vamos a ponerle sabor a este blog que es seguido, por 20 cuentas… probablemente falsas.

Independientemente de que todas las personas en este mundo estamos enteradas de que hay un virus dándole en la madre a toda la humanidad, voy a hablar de mi experiencia.

Desde que regresé de los cruceros marítimos, (si, trabajé más de ocho años en cruceros marítimos, si quieres saber más al respecto, busca algún escrito pasado, seguro ahí compartí algo), decidí vivir sola, renté un depa, después una casa y pues, aqui estoy, soñando aún con viajar por el mundo y que me paguen por ello.

Esto indica que durante esta «cuarentena», he estado sola, pero chisme, porque mis papás viven en la casa atrás de la mía y pues yo lo veo como una mini vecindad.

Cuando me refiero al amor, estoy hablando del amor propio específicamente, siempre he sido alguien muy sociable, si, pero muy privada a la vez, la gente me tiene confianza y me gusta escuchar y ayudar, pero yo no soy muy abierta en cuanto a compartir mis pensamientos, deseos o vivencias importantes, ya lo sé, está medio cabrón, pero yo digo que es porque no confío en la gente, o mas bien, no me creo lo suficientemente especial como para que lo que diga, piense o sienta valga la pena. (Gracias Raúl por marcarme la vida de esta manera, mis mil y una noches de ataques de ansiedad y episodios de depresión te lo agradecen infinitamente).

Te decía, al ser yo una persona que vive por viajar, que disfruta perderse en calles de ciudades nuevas, el estar sola, durante tanto tiempo, ha sido un golpe emocional muy fuerte, y antes de que empieces con «hay gente que la está pasando peor», lo se, pero mi sentir no es más ni menos importante comparado con el de los demás, es mío y lo vivo y padezco con la misma intensidad. Soy empática, agradezco estar viviendo esta crisis desde un lugar «privilegiado», pero no por eso voy a pasar por alto lo que estoy sintiendo.

Bueno, ajá, llevo, hasta el día de hoy, 90 días en cuarentena, he salido un par de veces, y en estos 90 días he pasado por más de mil y un etapas, como todos, pero como quiero compartir, (porque estoy en mi etapa de escritora), ahi te van…

Empecé siendo la Tía Cositas, si, mi madre y yo decidimos prepararnos para estar encerradas un mes (inocentes nosotras), así que fuimos a una de esas tiendas donde de peque te pierdes entre rollos de tela, mientras tu madre platica consigo misma sobre la infinidad de cosas que hará con esas fábricas calientes, yo, como estoy en una edad adulta, pues me subí al tren del mame y compre hilos, agujas, una madre que se llama nube que es para rellenar tus creaciones y así, salimos de esa tienda como triunfadoras, dispuestas a ocupar todo nuestro tiempo de encierro en algo productivo, creando cosas, casi casi sentía que todo lo que hiciera lo iba a vender en ETSY, pero después de un tiempo de haber hecho zombies con fieltro, corazones bordados, y pulseras de la amistad, supe que debía de retirarme del negocio (que no era negocio), estando en la cima, así que todo lo comprado, lo dejé guardado para cuando me sintiera con ganas de seguir «creando».

Sintiendo que después de haber conquistado el mundo de las telas e hilos, debía avanzar a masterizar otros materiales, así que me adentre al mundo del origami. Mis conocimientos previos como Teen Counselor en los cruceros marítimos, ayudaron mucho, ya que sabía como hacer una que otra creación, me adentré en las artes antiguas de «los tutoriales» en youtube, y cuando menos lo pensé ya había hecho elefantes, grullas, y hasta animales que no existen más que en nuestra imaginación, (la neta quería hacer un canguro y no me salió, asi que decidí adoptar esa nueva criatura e inventarle una historia para justificar su existencia…. Si, en los siguientes escritos habrá personaje nuevo, agárrate!)

Ok, el origami no es algo que me llene, no es mi true calling pues, asi que decidí, dejarlo por la paz, pero no sin antes hacer un video de Tik Tok con todas las grullas que me aventé! (Si, tengo 38 años y hago Tik Toks, piensa lo que quieras!).

Tu pensarás que después de haber pasado por las telas y el papel, creando zombies o haciendo origami, el tiempo de cuarentena se habría reducido, pero en realidad, solo dure dos semanas en esos trotes, si, cuando aprendo algo, me aburro y lo dejo atrás, y no es por nada, pero aprendo muy rápido. Así que, al aburrirme, mi interés se desvía y mi mente empieza a buscar otras cosas en que entretenerse. Si, lo mismo me pasa con mis relaciones interpersonales…

Ves? Este escrito no nomás es para contarte lo que he hecho en estos meses, es una manera de compartir quién soy y como proceso el amor.

Por hoy, me despido, trataré de seguir escribiendo, la verdad es que hace mucho tiempo me «aburrí» de las letras, pero estamos en medio de una pandemia, y creo que es un buen momento para re-encontrarse y enamorarse de uno mismo.

Continuará…. (Me caga cuando ponen eso en algún libro, acaben en un solo tomo las cosas carajo!)

Cuando se junta la creatividad, el fieltro una aguja y muchos hilos.
Mi Estación creativa. (grullas y elefantes de origami)

Patricia Pino.

Junio.19.2020.

Amor en Tiempos de Pandemia

PARTE 6

Creo que con esta miniserie de escritos he podido mostrar un poco quien era y quien soy.

Cuando te dije que estos escritos no estaban enfocados en la historia de chico conoce chica y se enamoran en medio de una pandemia, no te mentí (a estas alturas, sabes que las mentiras me dan asco).

El amor del que te hablo es el propio, ese que a veces nos hace falta y otras veces se desborda. Estos 106 días de encierro me han puesto frente a mi peor enemiga, yo misma.

He visitado los lugares mas oscuros de mi mente, y he tocado pedazos de luz que me llenan de vida.

No te puedo decir que después de esta etapa voy a ser una mejor persona, porque igual y no, pero creo que no seré peor, y eso, ea ganancia.

Solo sé con certeza, de que he tomado buenas decisiones en como vivir mi vida, estoy segura de que a mi lado tengo a la gente que necesito, y que la que se ha ido, me ha hecho un favor, porque, conociéndome, hubiera aguantado muchas más cosas negativas con tal de no soltar.

Y esta actividad es la que mas he practicado estos meses, el soltar. De alguna manera me he venido creyendo el cuento de que soy alguien que no merece amor, atención, cuidados. Digo, estoy tan acostumbrada a a dar sola por la vida que la mínima muestra de cariño es como un choque eléctrico en mi cerebro.

Y así comienzo, aceptando lo que venga, un cariño por tres insultos casuales, un abrazo por cinco comentarios con ataques psicológicos. Y me enojo, sabes?, me enojo, pero no con las personas que lo hacen, me enojo conmigo misma por darle importancia a esa gente y permitir que estén a mi lado.

Desde siempre creí que el amor todo lo aguanta, todo lo puede, y blah, blah, blah, pero nadie te especifica que no es el amor hacia alguien mas, si no el amor propio el que debe ser prioridad, debe ser el que aguante todo y el que lo pueda todo.

Entendiendo esto, dejas seguro, de seguir con gente que no está a tu nivel, que no te da lo que mereces y sobre todo, no merece tu tiempo, energía y cariño.

Al pensar en este título, sabía perfecto que iba a terminar hablando de esto, del amor propio, del empoderamiento de tus emociones, pensamientos y acciones. De conocerte, aceptarte y amarte tal y como eres.

Si, suena muy libro de superación personal, pero es la neta, solo aquella persona que se conozca tal cual es y se acepte, podrá amarse sin tener la necesidad de ser validada por alguien más.

Ahora, hablo con menos personas, salgo con muy pocas y hago planes de pasar tiempo con una minoría, pero es gente que me llena, que me ayuda, que me hace sentir bien, porque no me juzga, no me escucha para opinar, si no para entender.

En esta pandemia, igual y no salí triunfante en cuanto a la jardinería, las manualidades, la cocina y la vida fit, pero si me llevo el aprendizaje de ser yo sin sentir vergüenza, falta todavía mucho por trabajar, ya que, el desaprender lo aprendido durante 38 años no es fácil, pero tampoco imposible.

Espero, que este tiempo que estuviste en aislamiento, te haya servido para encontrar un poco de paz, para respirar un poco mas profundo y haber encontrado la fuerza para mandar al carajo todo eso que te ancla.

Finalmente, si no meditaste, cocinaste, plantaste, creaste o te pusiste bien mamá Dolores, pues, no pasa nada, no es tu momento. A todos nos llega la hora de intentar cambiar lo que nos hace daño por algo que nos haga crecer y nos de amor.

A mí me hizo falta una pandemia para encontrar eso que no tenía suficiente… amor propio.

Patricia Pino

Julio.5.2020

Hoy salí a explorar, a respirar.

Amor en Tiempos de Pademia

PARTE 5

Extraño salir, ir al cine, a comer a un restaurante, manejar y cantar en el automóvil. Extraño salir a jugar basketball.

Desde pequeña he sido muy activa, me gustan los deportes, andar en bici, trepar árboles, nadar en el río, me fascina estar afuera, moverme, respirar hondo y sentir el viento en la cara.

Te podría contar muchas aventuras que he vivido, pero son tantas y tan preciadas, que no sé si les haga justicia. Están en mi memoria y mi corazón.

En este aislamiento, lo que más me ha ayudado a estar tranquila (si se puede llamarle así), es el ejercicio. Ojo, no soy para nada fit, así como le entro al ejercicio, le entro a la comida, recuerda que soy cocinera empedernida.

Pero si, me gusta sentir que estoy haciendo algo bueno por mi cuerpo. Lo he tratado de la jodida durante mucho tiempo y poco a poco me ha pasado factura.

Antes de que toda esta pandemia empezara, tenía mis tardes/noches ocupadas en las canchas de basketball, amo ese deporte, correr, jugar en equipo, y sobre todo… ganar.

Mi papá me enseñó a jugar, él me compró mi primer pelota, y recuerdo perfecto que salía a jugar con él y mi mamá, siempre nos ganaba, hacía unos tiros de fantasía y unas fintas que me alucinaban. Encima de todo, veíamos los partidos de basketball juntos, Michael Jordan estaba en la cima del éxito y verlo jugar era todo un acontecimiento.

Creo que esos momentos son el pegamento de mi salud mental. Las tardes jugando basketball o fútbol con mi papá. Creo que por eso soy medio vato, me crié practicando deportes, y en vacaciones, mis días se me iban en el río con mis primos, o en el corral con mis tíos. Montando a caballo, corriendo, toda neja y sudada. Pero feliz.

Recuerdo que me sentaba en la rejilla de arriba en la camioneta de redilas de mis tíos (todavía lo hago), y al pasar cerca de los árboles con ramas bajitas, por mas que me cubriera la cara, me llevaba unos raspones de cuidado, pero no me importaba, el viento me hacía cerrar los ojos y respiraba fresco fresco.

Algunas veces me pregunto el porqué todo tiene que cambiar, porqué no quedarse viviendo esos momentos, detenidos en el tiempo.

Hoy, con todo lo que he vivido, añoro esos momentos, el estar en el campo, o jugando fut o basket con mi papá.

Pero crecemos, trabajamos y nos llenamos de responsabilidades, de repente se te olvida respirar y te atrapan los pendientes, las deudas, los achaques de la edad.

No todo es malo, me gusta trabajar, ganar dinero y gastarlo en lo que quiero, o sea, salir con mi gente, viajar y comprar todo lo que Amazon pone frente a mí.

Bueno, pues esta cuarentena, he tratado de hacer ejercicio en casa, hacerlo en las mañanas me da una sensación de satisfacción. Ya después me sigo con limpiar la casa, el patio, hablar con mis plantas, tomar café o té, cocinar o no (nos turnamos la cocinada con mi mamá), y leer un rato. Te diría que ver alguna peli o programa de tv, pero la verdad es que no me llama mucho la atención, normalmente la tele la enciendo y está hablando como loca mientras yo veo al techo y me invento historias en la cabeza

Eso si, me conozco demasiado bien para saber que si no hago ejercicio en las mañanas, me voy de boca en el túnel de la depresión y ansiedad, como cochinadas y no me muevo del sillón. Es como este loop auto destructivo del cual soy consciente y por más que mi cerebro me diga que me deje de mmdas, sigo tirada viendo al techo.

Es por eso que es importante para mí hacer ejercicio, estar afuera, correr, nadar, patear una pelota o aventarla hacia un aro. Porque me hace sentir esa libertad y felicidad que sentía cuando estaba pequeña, cuando no pensaba en nada más que en estar ahí, en el momento, respirando hondo. Libre.

Patricia Pino

Junio.26.2020

Aquí estoy yo, respirando hondo en el corral de mi abuelo.
Aquí estoy, muerta de frío y cansada por haber caminado un buen, pero feliz por haber encontrado esta cascada en medio de la Sierra de Guerrero.

Amor en Tiempos de Pandemia

PARTE 4

Y aquí estamos otra vez, yo escribiéndote y tú leyéndome. En complicidad, de mutuo acuerdo. (Que mmda!)

Tal vez tu busques respuestas en mis escritos, alguna señal divina en estas letras, algo que te haga encontrar tu centro. Si es así, lo siento, estoy mas perdida que tu.

Eso si, trataré de hacerte sonreír y te mantendré ocupado/da/de mientras estas letras sigan apareciendo.

Como ya te habrás dado cuenta, mi imaginación es un poco, hmmm, amplia..?

Esta la utilizo siempre, a veces creo personajes, otras, pues son historias que sólo ocurren en mi cabeza, esto quiere decir, que puedo estar totalmente tranquila, viendo la tele y en mi mente empiezo a vivir situaciones (a veces dramáticas), que es casi imposible sucedan.

He salvado vidas infinidad de veces, en todos los escenarios posibles, obviamente culpo a Grey’s Anatomy y las mil y un películas que he visto. Pero, pues, qué quieres? Es medio difícil controlarme.

En esta cuarentena, he ocupado mi imaginación y creatividad para armarme un cuento de que soy una constructora de juegos de mesa. Porque, a pesar de que vivo sola y de que mi círculo de ami@s se ha reducido a los necesarios, me encantan los juegos de mesa, bueno, me encanta competir, y obviamente, me choca perder.

Así que, decidí armar un par de juegos de mesa sencillos, un tablero de damas chinas o ajedrez y un tablero de “sorry”, todo bien, me gustó el resultado final, pero sabes qué? Se necesita gente para jugar!, así que, cada vez que paso por la mesa, veo a ese tablero y siento que me reclama su existencia. No puedo hacer nada mas que verlo e ignorarlo.

Un día decidí armar un rompecabezas de 2,000 piezas, es tan grande que no cupo en mi mesa, y como no me vibró el tamaño, lo dejé así, a medio empezar por días.

Y es eso, creo mucho en la vibración, siempre he sido muy intuitiva, si algo no me late, no lo hago, si alguien no me vibra, sé que no es alguien que me aportará algo positivo, (por no decir que muy probablemente no es una buena persona).

Me pasa que cuando conecto con alguien, le conozco a tal nivel, que intuyo cuando algo está mal, ya se!, soy psicóloga y esas cosas son de magos… pero soy fan de Harry Potter, así que, hazle como quieras.

El caso es que me gusta ser así, el tener la capacidad de entender a las personas, el poder, de cierta manera, proporcionarles las herramientas para que estén mejor.

Desde que iba en la secundaria supe lo que quería para mi, viajar por el mundo, ser psicóloga y escribir libros. Mas o menos ahí la llevo, me falta eso de escribir libros (pfff, en plural!), no puedo acabar un escrito decentemente, menos un libro, ah no!, libros!

El viajar por el mundo, pues, lo intento, me he escapado a vagar mas de una vez, el trabajo en los cruceros marítimos también me ayudó a explorar lugares que estaban fuera de mi imaginación. Recuerdo que esta necesidad de explorar la sembró mi madre en mí desde pequeña, me decía, “Patricia, no te cases, conoce gente, lugares, viaja, explora!” Y pues heme aquí, sin un marido con quién jugar damas chinas, mi refri lleno de imanes de todos los lugares que he pisado, mi pasaporte lleno de sellos y mi cabeza con mil y un recuerdos.

No me arrepiento de nada, cada quien hace su propio camino, el mío, pues tiene un buen de baches, algunas partes está pavimentado, y muchas otras es tierra o lodo. Eso sí, es extenso y abarca muchos muchos países.

A mi parecer, la vida se trata de eso, coleccionar momentos, dar lo mejor que tengas y amar a lo desgraciado, (no “al desgraciado”, a LO desgraciado), fuerte pues, sin miedo.

Así que, no importa lo que quieras para ti, ya sea viajar por el mundo, ser bomber@, no salir de tu ciudad, formar una familia, o simplemente leer libros y tomar café, hazlo. Disfruta! Mientras seas feliz, y no lastimes a nadie ni atentes contra tu bienestar, todo está bien.

Patricia Pino

Junio.24.2020

El tablero para las damas chinas o ajedrez.
El rompecabezas que nomás no entró en la mesa.. así se quedo por una semana.
Este es mi pasaporte de Pandemia, no voy a postear el original por mera seguridad.

Amor en Tiempos de Pandemia

INTERMEDIO

Este escrito no es para hablarte de alguna de las actividades que he hecho para mantenerme sana mental/emocionalmente.

Lo que escribo hoy son ideas que pasan y han pasado por mi cabeza durante todo este tiempo incierto.

Sin politizar, filosofar ni ser critica social, he tratado de mantenerme neutra en cuanto opiniones sobre nuestra mueva forma de vida.

Sin empacho te digo que he sentido todos los síntomas de la enfermedad, sin tenerla siquiera. Hay momentos que se me acelera el corazón y empiezo a hacer un plan mental de cómo afrontaré esta situación. Me preocupa, me siento ignorante, a pesar de que trato de buscar información al respecto.

Hay gente que dice que esto del virus es una farsa, hay otros que se han cerrado a todo contacto social, y hay otros más que tratan de llevar una vida con precaución.

Creo que cada quien es libre de pensar y sentir lo que quiera, mientras no afectes a los demás, ni atentes contra tu seguridad.

Hay veces que vivimos con miedo, sentimos que algo malo nos va a pasar, que la gente nos va a criticar, o que vamos a fracasar en nuestros proyectos.

Hoy me doy cuenta que todos esos miedos son sólo barreras que construimos para sentirnos “seguros”, dando a cambio lo mas preciado que tenemos, nuestra libertad.

Por experiencia propia te puedo decir que cuando me gradué de la Universidad, no tenía ni idea qué iba a hacer con mi vida (aún tengo mis dudas), teniendo la fortuna de que las oportunidades se me presentan y las tomo sin pensar más allá o tener un plan tan elaborado. Simplemente, me dejo llevar. Si, lo sé, es arriesgado, es hasta si tu quieres, inmaduro, pero, sabes qué? Ha valido la pena.

Una de mis frases es, “sin miedo y sin asco, así se le da a la vida”. Porque, nadie sabe qué va a pasar mañana, hoy estamos, al rato quién sabe, somos un cúmulo de planes y listas de pendientes. Para qué?, a quién o qué le tenemos tanto miedo?

Hace mucho tiempo, te soy sincera, tenía muchas ganas de morirme, no quería estar en este mundo, lo pensaba constantemente, me sentía fuera de lugar, me sentía como un “sobrante”. Era un pensamiento constante. Y no te voy a mentir, (odio las mentiras), hay veces en que siento lo mismo, tengo episodios depresivos muy fuertes, no hablo con nadie o hablo con muy poca gente, puedo estar en una reunión, platicando, socializando, pero mi cabeza no lo está, es una desconexión que es parte de mí.

Esto te lo comparto porque es quien soy, y creo que igual y tu también tienes miedos y dudas y te bajoneas y después estás en un estado de felicidad infinita. Es parte de lo que somos, de lo que vivimos.

A lo que voy es que, yo espero, que después de que esto de controle, hagamos las cosas un poco diferentes, que honremos nuestras pérdidas de tal manera que sea una base para vivir más libres, más arriesgados, más felices. Que apreciemos mas el tiempo con los nuestros, el tiempo a solas, el tiempo en sí.

Que esto que nos está pasando, sea el punto de partida para que logremos ser o hacer eso que tanto hemos planeado.

Ya se, se lee muy rosa, muy fantasioso, Pero, no crees que valga la pena?

No sé, igual y son las dos tazas de café que me acabo de tomar, el leer que gente conocida ya no está con vida o que sea Lunes, pero me gustaría recuperar ese valor que tenía antes, hoy le pienso mucho mas, me detengo y sabes qué?, he escuchado en mi cabeza eso de “no!, la gente te va a criticar”… pffff, me odio tanto cuando pienso así.

Solo quiero tener la certeza de que si me llego a ir de este mundo, no me haya quedado con ningún pendiente, ningún sueño por cumplir. Y que a la gente que me conoce, le pueda dejar algo positivo, o por lo menos un buen dolor de panza de tanto reír por las tonteras que se me ocurren.

Hoy te escribí esto para que respires conmigo, cierres tus ojos y pienses en que, todo va a estar bien. Y que mientras haya vida, todo es posible, mientras las cosas las hagas de la manera correcta.

“Simple y limpio… sin miedo y sin asco, así se le da a la vida”

Patricia Pino

Junio.22.2020

Esta soy yo en Colombia, sin una p#t@ idea de qué hacer con mi vida, pero respirando recio y amando todo lo que soy y lo que tengo.

Amor en Tiempos de Pandemia.

PARTE 3

Me está costando empezar esta tercera parte, quisiera hacerlo de la manera correcta, así que trataré de darte lo mejor de mí.

A mi abuela le encantaban las plantas, era de esas mujeres recias de carácter, cocinera de primera, muy adelantada a su tiempo, súper güera, súper limpia y súper capaz. Todo lo que hacía era con paciencia y mucho amor, esto incluye a sus plantas, sabía como tratarlas, y ellas le devolvían el amor floreciendo, era una conexión digna de admirarse.

Con esto, solo estoy tratando de hacer una introducción a mi siguiente actividad de cuarentena, si, la jardinería.

No sé en qué momento de mi vida empecé a querer tener plantas, dedicarles tiempo, buscar por horas la mejor manera de mantenerlas sanas, pero pasó, y esta cuarentena esta actividad obviamente ha sido mi fuerte.

Me gusta sentarme en el patio de la casa, tomar café y ver lo bonitos que se ven los rosales, hablarle a la hierva buena, el epazote y mi planta de romero… eso sí, todas y cada una de mis plantas tienen nombre, ¿porqué?, porque quiero y porque puedo.

Cada planta tiene su personalidad, y me gusta pensar que me escuchan, que en cierta manera me entienden y aunque igual y todo esto sea solo un síntoma mas de mi pérdida de razón prematura, me hace feliz verlas.

No todo ha sido miel sobre hojuelas, mas de una se ha quedado en el camino y formado parte del abono para sus hermanas. En estos días estoy tratando de que un papayo crezca y que la plaga que tiene se le quite, lo lavo con agua y jabón, le puse un listón rosa, hasta chanclazos le he dado, pero sigue creciendo con sus hojas todas deformes, pobre, aún así, no lo quiero cortar, ya lo tengo bajo tratamiento intensivo, espero mejore pronto.

Como verás, soy una persona que le gusta dedicarle tiempo a las cosas que hace, pero son cosas que me gustan hacer, que me dan satisfacción y me hacen conectar de manera positiva.

Esto me pasa con las personas, como te comenté antes, soy muy sociable, pero son muy pocas personas en las que confío, me gusta tener un grupo de gente en la que puedo ser totalmente abierta, me cuesta, ya que me he topado con muchas personas que no me escuchan para entenderme, si no para juzgarme.

Es por eso, que cuando conecto con alguien, me gusta cuidar, nutrir esa relación, y sobre todo, hacerla florecer.

Leí en alguna red social que en estos tiempos de cuarentena la gente se está dando cuenta de quiénes son las personas que son familia., yo no necesito de una pandemia para saber quién es familia.

Como mi abuela, me gusta cuidar de mis plantas, de mi gente y de mí misma. Me ha costado bastante el saber quién soy y lo que quiero para mí. Con el tiempo, me he vuelto muy selectiva y eso me da mucha seguridad, ya que no me engancho en amistades o relaciones amorosas que no son honestas. Me choca que me hagan perder el tiempo y trato de no hacer perder el tiempo a nadie.

Simplemente no le invierto a algo que sé que no me nutre. Y no es porque me sienta más que nadie, si no porque cuando llegas a conocer realmente quién eres, aceptarte, y saber a dónde quieres llegar, no tienes empacho en cortar con relaciones sin sentido.

Pienso que si la gente fuera honesta, se acabarían muchos males sociales.

En este escrito no tuve como algo cómico para compartir, pero te compartí honestidad y eso es de lo mas valioso que tengo.

Aquí una imagen de mis mañanas. Trabajando en compañía de mis plantas.

Patricia Pino

Junio.22.2020

Amor en Tiempos de Pandemia

PARTE 2

Pues aquí me tienes, escribiendo por segundo día consecutivo, todo un suceso digno de premiarse.

Antes no me costaba nada sentarme y escribir por horas, tengo libretas llenas de poemas, canciones y novelas que no pasaron de las diez primeras hojas, pero escribía. Lo hacía porque me sentía yo, encontraba mi centro y podía escupir todo lo malo, bueno y fantasioso que existía en mi cabeza.

Hoy es muy difícil, me distraigo al instante, y me aburro y así se me va el día, saltando de una actividad a otra. Mira que contarte esto me expone demasiado, pero pues tampoco soy alguien que busca la aprobación de nadie, mientras no joda y no me jodas, todo está bien.

En qué me quedé? Ah si!, mis actividades en cuarentena…

Después del origami, me puse a practicar un poco la creación de animales con globos, pintar mandalas y dibujar un poco., no funcionó tanto, sobre todo porque hacer animales con globos es algo que practico desde hace años, me gusta, pero no me fascina.

Eso duró poco, me ocupé un tiempo en hacer planes de estudio, videos explicando los temas que estaba enseñándole a mis alumnos y eso, la neta, me ayudó un buen, pues me mantuve ocupada y sentí que mi cabeza estaba cumpliendo una función positiva y benéfica para alguien.

Por si no lo sabías, soy profesora de Inglés en una escuela Primaria, también soy psicóloga y doy terapia. Son dos actividades que me llenan, y en esta cuarentena, tanto la escuela, como mi “consultorio”, están cerrados, así que dar clases de manera virtual, me hizo estar en mi centro de alguna manera.

Creo que todo mundo está viviendo esta pandemia de manera distinta, pero nos encontramos todos en un mismo punto del camino. Y me refiero específicamente a la incertidumbre, la ansiedad que nos causa el no saber qué está pasando o qué va a pasar.

Tengo amigos, conocidos que han perdido sus empleos, han perdido familiares, y es incierto el saber qué sigue.

Los medios de comunicación oficiales (porque Whatsapp News y los Médicos graduados de la Universidad de Whatsapp no cuentan), te dicen muchas cosas, que te quedes en casa, que te protejas, que cuides a los tuyos, pero todo es físico. Qué pasa con la salud mental?

Es por eso que todos los que tenemos la bendición (si, dije bendición, hazle como quieras), estamos buscando mil y un actividades para ocupar nuestra mente.

Mucho se habla de que todos estamos sacando nuestro lado repostero, jardinero y TikTokero! Pero es porque tenemos el tiempo, ponte a pensar, cuántas veces en tu vida Godín, pensabas “un día de estos, haré un pan de plátano”. Y ahora que estás en casa con el tiempo del mundo, obviamente lo vas a ocupar para hacer todo eso que estaba en tu lista de “pendientes”.

Y si, mi etapa de cocinera llegó y llegó para quedarse. Ojo!, yo cocino desde que iba en la secundaria, me gusta, aprendí de unas grandes cocineras (mi abuela y mi mamá) y amo hacerlo. Pero estás de acuerdo que al tener tiempo, y una mente acelerada como la mía, el hacer de comer se vuelve un concurso!

Así que mis platillos abarcaron desde un pay de manzana, hasta tacos al pastor, pasando por la improvisación de una una fogata con ramas que fuimos a traer a una huerta mi mamá y yo (si, mi mamá es mucho mas acelerada que yo), para encender la lumbre y hacer carnitas estilo Michoacán.

Y si, me quedaron ricas, no sin antes mencionar que al encender las ramas esas (y un tronco), por andar de mamona, le eché un gel que acelera el encendido y boom!, salpícome gotas en el brazo y por un segundo se encendió mi piel, al ver esto, azoté, si, AZOTÉ mi brazo contra la pared de mi casa para apagar el fuego y fui corriendo como niña de 5 años a decirle a mis papás que me había quemado. Me embadurnaron aceite en todo el brazo, me aguanté las lágrimas (porque ante todo, una es luchona), y seguí cocinando.

Ah! Se me olvidó contarte que el tronco que recogimos en la huerta esa tenía rondones adentro, pobres, en medio del fuego, salían uno por uno, entre mareados y emputados. Lo bueno es que no murieron… los que salieron volando por lo menos no.

Ese día, acabé tan cansada que no disfruté tanto la comida, pero me dió gusto saber que la disfrutaron los demás.

Y es que a mí, lo que me hace feliz, es que mi gente esté feliz, no es que me ponga debajo de las personas, sé lo que valgo, pero si eres parte de mi gente, haré todo lo que pueda para que estés bien. Y eso me da paz., y en estos tiempo, lo que mas necesitamos es eso, PAZ.

Mañana continuaré. Mi cerebro ya está pensando en otras cosas y tu te mereces un escrito de calidad, que tenga toda mi atención y dedicación. Así que confórmate con los diez minutos al día que tengo para ti.

Yo, usando un avatar para mis videos de mis clases.
Mi pay de manzana que no tuvo madre porque estaba re delicioso!
Mi brazo quemado, azotado y aceitado.
Las carnitas en la fogata improvisada, el tronco lleno de rondones… por ahí se ve un hoyo, de ahí salían en joda los pobres!

Patricia Pino.

Julio.20.2020

Yo Soy

Si, dime quién soy, porque aparentemente a mis 38 años yo no lo sé.

Muero por escuchar cómo debo vivir mi vida, en lo que tengo que trabajar, en lo que tengo que hacer para ser feliz, ya que, por razones que desconozco, yo, según tu, necesito mas dinero para ser feliz.

Y no te detengas en decirme que tengo que casarme y tener hijos, ya que ese es el camino a MI FELICIDAD.

Según tu, toda mi vida es un desastre, una pérdida de tiempo, un desperdicio.

Por favor, dime quién soy, muero de emoción al saber lo que tengo que hacer y cómo hacerlo, paso mis días esperando verte para escuchar tus grandes consejos, porque, como es bien sabido, los consejos se dan con la boca, no con el ejemplo.

Así que, ven y dime quién soy, lo que he vivido, de dónde vengo y hacia dónde debo de ir.

Hazlo, sin que te pregunte siquiera, así como yo lo hago, como yo te juzgo, como yo te digo quién eres y cómo vivir.

Querer

Quisiera dejar de querer,

dejar de sentir que siento,

no ser, no estar,

simplemente ser nada.

Quisiera que mi pecho dejara de hundirse al saberme no querida lo suficiente.

Quiero ser eso que no duele, que no estorba ni incomoda.

Dejar de pesar.

Empezar a volar.

Quiero no ser nada, sentir nada, pensar nada.

Porque estoy tan llena de todo, que ya no sé si puedo o quiero ser mas.

Quiero no querer.

Incierto

Ya no veo estrellas, creo que los años han nublado mi cielo. Tengo vergüenza sabes? Siento que perdí el derecho a buscarte o pensarte, para serte sincera, he perdido muchas cosas, a mi misma inclusive.

Quisiera verte, hablarte, hacerte saber que estoy bien, pero no se en donde estoy, solo se que es un lugar muy muy solo y muy muy oscuro.

Me he olvidado de quien soy, estoy luchando contra mi propia mente… voy perdiendo.

Tal vez, tu me piensas, tal vez, al morir dejamos de existir para siempre, puf, nada. Tal vez el quererme hacer una idea de que estas en algún lugar viéndome es falsa y solo esté perdiendo el tiempo, nunca lo sabré.

El chiste es, que te fuiste, que no estas, que te extraño, que de alguna manera me perdí en el camino y estoy estancada en este mundo, pensando en que no merezco pensarte.

No hay estrellas en mi cielo, las nubes no me dejan verte.