Amor en Tiempos de Pandemia.

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PARTE 1

Antes de que te hagas a la idea de que esta es una historia de amor donde chico conoce chica y se enamoran en medio de una pandemia, déjame decirte que no lo es.

Esta es sólo una historia de cómo encontré el amor en el aislamiento.

Para empezar, me disculpo por no haber escrito hace mucho tiempo, he tenido, no es mame, muchas cosas que hacer. Pero aquí estoy y vamos a ponerle sabor a este blog que es seguido, por 20 cuentas… probablemente falsas.

Independientemente de que todas las personas en este mundo estamos enteradas de que hay un virus dándole en la madre a toda la humanidad, voy a hablar de mi experiencia.

Desde que regresé de los cruceros marítimos, (si, trabajé más de ocho años en cruceros marítimos, si quieres saber más al respecto, busca algún escrito pasado, seguro ahí compartí algo), decidí vivir sola, renté un depa, después una casa y pues, aqui estoy, soñando aún con viajar por el mundo y que me paguen por ello.

Esto indica que durante esta «cuarentena», he estado sola, pero chisme, porque mis papás viven en la casa atrás de la mía y pues yo lo veo como una mini vecindad.

Cuando me refiero al amor, estoy hablando del amor propio específicamente, siempre he sido alguien muy sociable, si, pero muy privada a la vez, la gente me tiene confianza y me gusta escuchar y ayudar, pero yo no soy muy abierta en cuanto a compartir mis pensamientos, deseos o vivencias importantes, ya lo sé, está medio cabrón, pero yo digo que es porque no confío en la gente, o mas bien, no me creo lo suficientemente especial como para que lo que diga, piense o sienta valga la pena. (Gracias Raúl por marcarme la vida de esta manera, mis mil y una noches de ataques de ansiedad y episodios de depresión te lo agradecen infinitamente).

Te decía, al ser yo una persona que vive por viajar, que disfruta perderse en calles de ciudades nuevas, el estar sola, durante tanto tiempo, ha sido un golpe emocional muy fuerte, y antes de que empieces con «hay gente que la está pasando peor», lo se, pero mi sentir no es más ni menos importante comparado con el de los demás, es mío y lo vivo y padezco con la misma intensidad. Soy empática, agradezco estar viviendo esta crisis desde un lugar «privilegiado», pero no por eso voy a pasar por alto lo que estoy sintiendo.

Bueno, ajá, llevo, hasta el día de hoy, 90 días en cuarentena, he salido un par de veces, y en estos 90 días he pasado por más de mil y un etapas, como todos, pero como quiero compartir, (porque estoy en mi etapa de escritora), ahi te van…

Empecé siendo la Tía Cositas, si, mi madre y yo decidimos prepararnos para estar encerradas un mes (inocentes nosotras), así que fuimos a una de esas tiendas donde de peque te pierdes entre rollos de tela, mientras tu madre platica consigo misma sobre la infinidad de cosas que hará con esas fábricas calientes, yo, como estoy en una edad adulta, pues me subí al tren del mame y compre hilos, agujas, una madre que se llama nube que es para rellenar tus creaciones y así, salimos de esa tienda como triunfadoras, dispuestas a ocupar todo nuestro tiempo de encierro en algo productivo, creando cosas, casi casi sentía que todo lo que hiciera lo iba a vender en ETSY, pero después de un tiempo de haber hecho zombies con fieltro, corazones bordados, y pulseras de la amistad, supe que debía de retirarme del negocio (que no era negocio), estando en la cima, así que todo lo comprado, lo dejé guardado para cuando me sintiera con ganas de seguir «creando».

Sintiendo que después de haber conquistado el mundo de las telas e hilos, debía avanzar a masterizar otros materiales, así que me adentre al mundo del origami. Mis conocimientos previos como Teen Counselor en los cruceros marítimos, ayudaron mucho, ya que sabía como hacer una que otra creación, me adentré en las artes antiguas de «los tutoriales» en youtube, y cuando menos lo pensé ya había hecho elefantes, grullas, y hasta animales que no existen más que en nuestra imaginación, (la neta quería hacer un canguro y no me salió, asi que decidí adoptar esa nueva criatura e inventarle una historia para justificar su existencia…. Si, en los siguientes escritos habrá personaje nuevo, agárrate!)

Ok, el origami no es algo que me llene, no es mi true calling pues, asi que decidí, dejarlo por la paz, pero no sin antes hacer un video de Tik Tok con todas las grullas que me aventé! (Si, tengo 38 años y hago Tik Toks, piensa lo que quieras!).

Tu pensarás que después de haber pasado por las telas y el papel, creando zombies o haciendo origami, el tiempo de cuarentena se habría reducido, pero en realidad, solo dure dos semanas en esos trotes, si, cuando aprendo algo, me aburro y lo dejo atrás, y no es por nada, pero aprendo muy rápido. Así que, al aburrirme, mi interés se desvía y mi mente empieza a buscar otras cosas en que entretenerse. Si, lo mismo me pasa con mis relaciones interpersonales…

Ves? Este escrito no nomás es para contarte lo que he hecho en estos meses, es una manera de compartir quién soy y como proceso el amor.

Por hoy, me despido, trataré de seguir escribiendo, la verdad es que hace mucho tiempo me «aburrí» de las letras, pero estamos en medio de una pandemia, y creo que es un buen momento para re-encontrarse y enamorarse de uno mismo.

Continuará…. (Me caga cuando ponen eso en algún libro, acaben en un solo tomo las cosas carajo!)

Cuando se junta la creatividad, el fieltro una aguja y muchos hilos.
Mi Estación creativa. (grullas y elefantes de origami)

Patricia Pino.

Junio.19.2020.