Antes de que se me olvide….

Quisiera escribir la mejor historia jamás antes contada, esa que refleje un amor infinito, maravilloso y lleno de felicidad.

Quisiera poder siquiera sentirlo, porque si me pongo a pensar, no se que es amor, al menos no ese tipo.

El enamorarme de alguien a los 14 años y arrastrar una relación sin futuro, presente ni pasado durante 10 años no es bueno, ni para la cabeza, ni para el corazón.

El querer encontrar ese amor que mi propio padre no pudo darme es inútil, desgastante y doloroso.

Y heme aquí, más inspirada que nunca para escribir esa historia, así es esto de mi vida, siempre que vengó a este lugar, oscuro, lleno de dolor, rencor, desamor y traumas es cuando más bellas salen las palabras.

Cuando escribo con más fuerza, cuando no duermo, mi cerebro da vueltas y vuelas letras alrededor de estos sentimientos sazonados con malos recuerdos y amargos toques de angustia.

Y no soy tan deprimente, simplemente aprendí a abrazar mi destino, le doy un beso de lengua a esta vida puerca llena de desamores.

Soy cínica, qué le voy a hacer?, igual y merezco todo esto, digo, el mentirle a mi madre cuando me fui a Zihuatanejo con el Señor de Lentes fue mi debut y despedida de esa historia de amor que siempre y nunca soñé.

Así que, aquí estoy, lista para escribir de nuevo, esperando por lo menos poder conciliar el sueño después de escupir letras.

32 años, 47 países, miles de kilómetros recorridos, 10 o más acostones y mi cama vacía… Como mi corazón.